lunes, 14 de marzo de 2016

Yo soy Tauro, ¿y tú?

Hace unas semanas, escuché una frase que hacía bastante tiempo que no oía: "claro, (mi relación) no podía funcionar: él era géminis."



Vaya por delante que no creo en el horóscopo, la astrología, ni me parece que la posición relativa de las estrellas el día que me dio por salir del vientre de mi madre tengan nada que ver con mi personalidad ni rasgos. Pobres estrellas, culparlas a ellas de semejante desguisado.

Pero, solo por argumentar, supongamos que todo esto sea cierto.

La primera pregunta es cuanto menos evidente: ¿Por qué coño ibas a salir con él? Es decir, si el hecho de que marte estuviera en casa de plutón tomando el té (¿Sigue siendo Plutón relevante en la astrología o la humillación de Neil Degrasse Tyson no tiene fin?) a la hora de salir de un coño implica irremediablemente que tú y yo las vamos a pasar putas ¿Qué estás haciendo? ¡Si es un drama anunciado, alma de cantaro! Las citas de estudiosos de la astrología tendrían que ser más rápidas que las speed dates.

"Oye, ¿tú de qué signo eres?"
"Aries, ¿y tú?"
"Capricornio"
"¿Tierra o agua?"
"Agua."
"Pues hoy no hay bingo, carretera."

Y también... ¿Por qué nunca funciona la revés? A lo mejor soy yo, pero este tipo de comentarios nunca son de aceptación, solo de rechazo. De rechazo cómodo, además. Después de todo, siempre suena mejor "Rompimos porque era piscis" a "Rompimos porque insistía en controlarle las llamadas, escupía a su abuela cuando venía a tomar el café y le implanté un chip gps mientras dormía." (1)

¿No sería bonito que tal grado de determinación de la compatibilidad y el destino fuese real? ¿No sería todo mucho más rápido?

"Yo soy Leo"
"Uy, pues yo soy Escorpio. Mira que no había venido yo al super con ganas de enamorarme perdidamente, pero... Espera, ¿de qué ascendencia?"
"Ascendente a Virgo."
"Vaya... pues nada, vamos al starbucks a ponerle nombre a nuestros hijos, que está todo el pescao vendido."

O a lo mejor, puede, quien sabe, que lo que pasa es que salieses con un gilipollas. Que todo puede ser.




(1) No mucho mejor, pero... ya sabes... mejor.

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